Dentro
de la necesidad de implementación de estrategias para garantizar la
calidad en un proyecto, tenemos que tener en cuenta las integraciones
que se realicen en los entornos de trabajo.
El
primer paso es saber dónde y cómo se integra, si estamos trabajando en
entornos de desarrollo, en entornos de pruebas o en el mismo entorno de
producción. Una vez que tenemos asimilado y trabajado este punto,
tenemos que realizar las tareas necesarias para mantener la calidad en
este sentido.
Lo
primero es acabar con integraciones en el entorno de producción. El
principal foco de regresiones y errores en un proyecto es este. La
agilidad que aporta es tremenda, pero, ¿merece la pena? Yo os diría que
no. Hay que saber ajustar tiempo de espera con calidad aportada a
cliente y en muchos casos siempre acabamos por sacrificar lo segundo.
La
idea es siempre la misma, los clientes tienen prisa, hay que
solucionarlo cuanto antes, el negocio manda…un sinfín de cuestiones que
al final si nos las planteamos fríamente, no tienen ningún sentido. El
negocio manda, por ejemplo, si, pero si las cosas no funcionan, el
negocio se acaba porque los clientes se cansan, y si estos se cansan y
cambian de proveedor, el proyecto cierra. Es así de sencillo y así de
cruel a su vez, pero una realidad como un templo.
Por
eso hay que tratar este tema con mucho cuidado, despacio y calmadamente
y buscar alternativas y puntos intermedios entre lo que demanda el
negocio y lo que podemos asumir internamente, no solo pensar en lo que
tenemos que sacrificar.
Yo,
por mi parte os diría, completamente prohibida una integración directa
en producción, en la realidad…es muy complicado mantener esto, pero
tenemos que luchar para conseguirlo.
Una
vez que adoptamos una estrategia en este nivel, tenemos que ir bajando
poco a poco al resto. Las integraciones en el entorno de pruebas.
En
este entorno, evidentemente no se pueden parar las integraciones, eso
sí, deben de cumplir un estricto control de calidad que evite
desestabilizar el entorno y que no podamos subir a producción desde el
mismo. Si esto ocurre, automáticamente todo lo que os he contado antes,
no sirve para nada. Si no somos capaces de subir, prácticamente de un
día para otro con total garantía desde el entorno de pruebas al entorno
de producción, la teoría de cortar las integraciones totalmente en un
entorno de producción queda inhabilitada por completo.
El
control de calidad que debe de pasar una integración en un entorno de
pruebas, para mí, debe de ser, un código correcto, un control de los
archivos que se están modificando o añadiendo y lo más importante, que
la integración esté tan acotada y sea única para que en el caso de que
fuese necesario, poder hacer un rollback de una manera sencilla y sin
problemas.
Bajo
ningún concepto las integraciones en un entorno de pruebas deben de
dejarse abiertas ya que, este, tiene que ser totalmente estanco y
estable como para garantizar que los desarrollos que se estén validando
no tengan falsos positivos o falsos negativos.
La
persona responsable de asegurar la calidad en un proyecto determinado
es la que dará paso a estas integraciones siempre y cuando se cumplan
las reglas que impone, ni más ni menos. Es un entorno de él, para él y
nadie lo toca sin su permiso. En este sentido hay que ser completamente
estricto, no vale ceder ni dar un paso atrás, ya que una mala decisión
nos empeorará el trabajo y nos acabará haciendo daño de manera directa o
indirecta.
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