Reflexiones de un humano

En mi vida personal siempre he sido una persona muy transparente, alguien que dice las cosas como son, sin rodeos, para lo bueno y para lo malo y que siempre pido a la gente que haga lo mismo conmigo. Me gusta la verdad, la certeza y odio que se ande con rodeos para decir las cosas. Esa forma de pensar y de actuar también la aplico a mi vida profesional y, por lo tanto, a la gente de mi equipo y que trabaja conmigo.



Pienso, realmente, que siempre hay que ser claro, hay que decir las cosas como son, por mucho que los demás no lo vean así y no intentar tergiversas, cambiar o bailar el agua, sea quien sea y sea como sea.

La transparencia es algo que está por encima de cualquier cosa y que intento tener muy presente en mi día a día, es algo que llevo ligado a mi ser y no se podrá cambiar nunca. Creo que, si algo te hace sentir bien contigo mismo, algo te hace estar lleno por dentro y de verdad es beneficioso para ti, no hay que cambiarlo, hay que ser fiel a la verdad y sobre todo si tenemos una aptitud exterior muy ligada a nosotros mismos, no tenemos que cambiar nuestra manera de ser por estar tratando con ciertas personas.

Esta idea siempre la trato con mi equipo, se la hago ver y hago que la trabajen a diario, creo que es muy importante esa transparencia que hace que la gente confíe en ti y tu confíes en la gente, si algo no va bien, se dice y punto, no hay que andarse con medias tintas y si algo va bien, también se dice, la positividad está por encima de todo.

No pequemos de miedo a hablar, de miedo a opinar, de miedo a defender y a exponer, en la mayoría de los casos estará peor visto el dar rodeos o no decir algo a tiempo que el ser claros, transparentes y humanos, no nos dejemos llevar por la sociedad moderna que nos está convirtiendo en auténticas máquinas sin ningún sentido.

Sinceramente, valoro más esa transparencia recíproca de alguien de mi equipo hacía mi o hacía algo que se vea que no está funcionando bien, que estarse callado, esperando a lo que venga y recibir sin ni siquiera aportar. Como bien digo, no somos máquinas y algo que podemos ver que funciona a las mil maravillas, realmente de cara al exterior, se cae por su propio peso, una verdad a tiempo salvará la situación y por consecuencia, nos salvará a nosotros en un futuro cercano antes de que salte todo por los aires.

Creo que la sociedad actual nos está llevando a un conformismo y a un mal hacer en general. Es muy cómodo sentarse en la silla, hacer tus cosas día a día mejor o peor, irte y se acabó. Eso día tras días, sin ni siquiera pararte y plantearte si, incluso, te gusta ya lo que haces o si te ha gustado en algún momento. 

Somos autómatas que vamos a tiro hecho, que vamos a ver que nos depara hoy el día, nos quitamos todo el trabajo con la misma pasión que si chupamos un limón y san se acabó, otro día pasado, me voy a casa y adiós. Creo que necesitamos esa transparencia, ese buen hacer, ese punto que nos lleve a sentarnos 5 minutos a reflexionar y nos preguntemos, ¿qué hago aquí? ¿me gusta esto? Y sobre todo… ¿qué puedo aportar yo?

Una vez que hemos pensado y recapacitado, perdamos el miedo a hablar, a decir, a exponer, a criticar constructivamente…de verdad, funciona y a la larga, nos estamos ayudando a nosotros mismos. Parece mentira, pero poco a poco se valora mucho más una verdad a tiempo que años de un quiero y no puedo. No nos quedemos mirando desde fuera, cuando podemos estar disfrutando desde dentro. Creo que hay que volver a recuperar ese espíritu de competitividad sana, de volver a retomar ideas que dejamos de lado solo porque desde más arriba no nos han apoyado, creo que hay que volver a ser transparente y decir lo que se tenga que decir, siempre de una manera educada, cordial y aportando, nunca restando.


Es el momento de levantarnos de nuestros asientos, mirar atrás y volvernos a comer el mundo, usando la palabra y la claridad como bandera. Fuera ese miedo a hablar a superiores e inferiores de manera directa, a la larga, como digo, nos estaremos ayudando a nosotros mismos.
Siguiente Publicación

Comentarios