¿Qué son las pruebas de software?

Una prueba, por definición, según la RAE es lo siguiente: 
“Acción de probar a alguien o algo para conocer sus cualidades, verificar su eficacia, saber cómo funciona o reacciona, o qué resultado produce”.
Si nos enfocamos exclusivamente en el mundo del software, son un conjunto de actividades y procesos sistemáticos realizados en el desarrollo de software para verificar y validar que el producto cumple con los requisitos establecidos y funcione de manera esperada. El objetivo principal de las pruebas de software es identificar defectos, errores o problemas en el software antes de su lanzamiento, para garantizar su calidad y fiabilidad.

Existen bastantes tipos de pruebas y estas son ejecutadas mediante casos de prueba que a su vez se agrupan en un plan de pruebas. 
Las pruebas son el pilar central de un proceso de control y aseguramiento de calidad dentro de un proyecto y tienen una importancia vital en él ya que se aseguran de garantizar que lo que se pone en producción y usarán los clientes o usuarios finales funcione adecuadamente.
 
Además, las pruebas se diferencian en dos, funcionales y no funcionales, que tienen diferentes fines para garantizar el software.

Pruebas funcionales

Las pruebas funcionales son un tipo de pruebas de software que se centran en verificar si el software cumple con las funciones y características especificadas en los requisitos. Algunos tipos de pruebas funcionales son las siguientes:
 
    1. Pruebas de compatibilidad: Son pruebas que se realizan en una aplicación determinada comprobando su compatibilidad con todos los navegadores de Internet y sistemas operativos del mercado. 
    2. Pruebas de sistemas: Son las investigaciones empíricas y técnicas cuyo objetivo es proporcionar información objetiva e independiente sobre la calidad del producto a la parte interesada o stakeholder. 
    3. Pruebas de humo: Las pruebas de humo (smoke testing en inglés) son una revisión rápida de un producto de software para comprobar que funciona y no tiene defectos evidentes que interrumpan la operación básica del mismo. 
    4. Pruebas de regresión: Las pruebas de regresión son cualquier tipo de pruebas de software con el objeto de descubrir errores, carencias de funcionalidad, o divergencias funcionales con respecto al comportamiento esperado del software, causados por la realización de un cambio en el programa. 
    5. Pruebas de UAT o de aceptación: Las pruebas de aceptación (User Acceptance Testing, UAT) pertenecen a las últimas etapas previas a la liberación en firme de versiones nuevas a fin de determinar si cumplen con las necesidades y/o requerimientos de las empresas y sus usuarios.
    6. Pruebas de Usabilidad: Evalúan la facilidad de uso y la experiencia del usuario en general, identificando posibles obstáculos en la interacción con el software.
    7. Pruebas de Interfaz de Usuario (UI): Verifican que la interfaz gráfica sea intuitiva, coherente y responda adecuadamente a las acciones del usuario.
    8. Pruebas de Accesibilidad: Aseguran que el software sea utilizable por personas con discapacidades, cumpliendo con estándares de accesibilidad.

Pruebas no funcionales

Las pruebas no funcionales se enfocan en evaluar atributos y características del software que van más allá de sus funciones básicas. Dentro del grupo de pruebas no funcionales, algunos tipos son:
 
  1. Pruebas de seguridad: Permiten detectar los riesgos a los que está expuesto tu negocio con activos digitales. Riesgos que se convierten en graves vulnerabilidades que permiten a los atacantes robar datos confidenciales, realizar transacciones fraudulentas o tomar el control de la infraestructura operativa del negocio. 
  2. Pruebas de carga: Las pruebas de carga son la práctica de simular el uso del mundo real, o cargar, en cualquier software, sitio web, aplicación web, API o sistema para analizar e identificar factores como la capacidad de respuesta, degradación y escalabilidad. 
  3. Pruebas de rendimiento: Son las pruebas que se realizan, desde una perspectiva, para determinar lo rápido que realiza una tarea un sistema en condiciones particulares de trabajo. 
  4. Pruebas de mantenibilidad: Prueban la capacidad del producto software para ser modificado efectiva y eficientemente, debido a necesidades evolutivas, correctivas o perfectivas. 
  5. Pruebas de estrés: Verifican el proceso en el cual se eligen las actividades a probar en un sitio para codificarlas y ejecutarlas en un tiempo determinado desde una ubicación remota. Nos permiten identificar y planear ante la posibilidad de errores en el funcionamiento de la plataforma, preferiblemente de manera preventiva. 
  6. Pruebas de portabilidad: Son el proceso de determinar el grado de facilidad o dificultad con el que un componente de software o una aplicación puede transferirse de manera eficaz y eficiente de un hardware, software u otro entorno operativo o de uso a otro.
 
Además de las anteriores, existen algunos otros tipos de pruebas funcionales y no funcionales que hacen que generen estrategias de pruebas de software completas según la necesidad del proyecto.
 

Categorías de pruebas de software 

Las pruebas de software, además de estar diferenciadas en tipos como los que hemos visto anteriormente, están separadas en una serie de categorías que combinan diferentes elementos y derivan de los resultados o niveles de abstracción. Las categorías de pruebas son las siguientes:
  1. Pruebas de caja negra: Son una técnica de pruebas de software en la cual la funcionalidad se verifica sin tomar en cuenta la estructura interna de código, detalles de implementación o escenarios de ejecución internos en el software.
  2. Pruebas de caja blanca: Las pruebas de caja blanca se centran en los detalles procedimentales del software, por lo que su diseño está fuertemente ligado al código fuente.
  3. Pruebas de caja gris: Son una combinación de pruebas de caja blanca y pruebas de caja negra. El objetivo de este tipo de pruebas es buscar defectos debidos a una estructura incorrecta o al uso incorrecto de aplicaciones.
 
Aquí hemos visto algunos tipos de pruebas según su tipología y función concreta dentro de un proceso de aseguramiento de la calidad y con ellas, conseguiremos garantizar que el software funcione como debe, cumpliendo los requisitos especificados por el equipo y haciendo que los usuarios o clientes usen nuestro producto o aplicativo con total normalidad y sin errores.

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